Bloguerías (de cincuenta y una a sesenta)
51. Es fácil, frecuente y muy efectivo engañar a la memoria: Una vez realizado el engaño, ya lo recordamos como verdad, ya es verdad realmente porque del pasado sólo existe la memoria.
52. El consumidor no analiza; capta.
53. Mi amigo Pepe, sesentón como yo, ha sufrido un descontrol en una de las bajadas de la vida. Pepe perdió el freno y la dirección, y acabó incrustado en la habitación de un sanatorio mental, donde le han echado un remiendo a su psiquis cansada de sueños imposibles y esperanzas frustradas.
Ha sido una estancia corta, ya ha vuelto a casa, y todos sus amigos y parientes le decimos lo bien que está, “mejor que nunca chaval”, y él se pasea por Independencia con una sonrisa inmutable, invariable y fija, diríase que esculpida como gesto perenne en su anterior rostro atormentado.
Lo sabemos todos, no hay engaño: lo que Pepe pasea es la sonrisa química que proporcionan antidepresivos, ansiolíticos, inhibidores de la mao, de la serotonina, tetracíclicos, euforizantes y demás leches en vinagre; ahora su consuelo y refugio en la vida, sus nuevos dioses, se llaman nombres extraños como Prozac, Reneuron o Neupax.
54. Observada desde el enclave de la brevedad de nuestra vida, la ciencia es inoperante, inútil, como esperanza inmediata y personal.
55. La eternidad consiste en estar fuera del tiempo. La eternidad no es tiempo infinito sino ausencia de tiempo. No es que haya mucho; es que no existe.
56. Una vida llena de éxitos mediocres y fracasos brillantes.
57. Actuar con voluntad libre es más difícil y raro que lo que creemos. Primero es el pensamiento, luego la consciencia de él; solo después puede empezar a actuar la voluntad libre.
58. Estoy completamente decidido: mañana lo haré… seguramente.
59. No sé si estoy en este espacio-tiempo, o soy este espacio-tiempo, o me muevo por este espacio-tiempo, o lo creo con mi movimiento o es una de mis cualidades.
60. Se han descubierto documentos que prueban que Alonso Quijano existió realmente. De ellos se desprende que Cervantes y él estuvieron juntos en la cárcel. Alonso Quijano era un ladrón, y salteador de caminos y por eso, con su cómplice el sanguinario Sancho, fue a parar a la cárcel. Tardó mucho en caer porque nadie sospechaba su doble vida. Era un hidalgo que estaba completamente arruinado y no teniendo escrúpulos se convirtió en ladrón, ideando la historia de su locura de caballero andante para cubrir sus ruines escapadas.
MUY BIEN LAS BLOGUERÍAS
ResponderEliminarLas bloguerías son interesantes, pero este blog está muy escondido. ¿Por qué no pones enlaces y lo difundes más?
ResponderEliminarGracias por vuestro interés. El caso es que no se me dan muy bien las técnicas de difusión de blogs y ando por libre y un tanto torpe. Por eso os agradezco vuestra ayuda. Pero, al menos, todo queda colgado en la nube y ya no se pierde, sin tener en cuenta que mis amigos opinan de mí que el estar en las nubes es mi estado natural, así que...
ResponderEliminarEstas bloguerias son muy interesantes, profundas y ayudan a hacer ese poco frecuente pero necesario ejercicio de reflexionar.
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