Llegará el día

No está lejano el día
en que el problema económico tomará el asiento posterior que le corresponde,
y en que la arena del corazón y la cabeza
será ocupada o recuperada por nuestros verdaderos problemas:
los problemas de la vida y las relaciones humanas,
de la creación y del comportamiento,
y de la religión.

John Maynard Keynes





jueves, 5 de enero de 2012

BESÓS STORY

Besós story
Javier Oroz Elfau
Recuerden: West side story, la pandilla de americanos, hijos de inmigrantes europeos, están reunidos porque se está produciendo un incidente belicoso más, en su eterna contienda contra otra banda de inmigrantes portorriqueños. El más joven se pregunta si esa violencia merece la pena por defender un territorio y una vida tan cutre. El jefe Rick le contesta: “cierto, son sólo calles malolientes, solares llenos de basuras y un campo de baloncesto desvencijado, pero resulta que es todo lo que tenemos”.
Besós, barrio marginal de Barcelona, un grupo de inmigrantes senegaleses ocupan una calle para jugar al fútbol en ella. Un hombre maduro de etnia gitana lanza sus imprecaciones: es su calle y molestan a los vecinos de su misma etnia. La subsiguiente lucha entre los dos bandos degenera, salen armas de fuego y el resultado es un muerto y un barrio en peligrosa efervescencia.
Son luchas que tienen mucho más de marginalidad que de racismo;  si les discuten su “hábitat” hasta entonces indiscutido por indeseado, ¿qué les queda? En otra película memorable “En el calor de la noche”, se sentencia ese aparente racismo violento entre marginados por la pobreza y marginados por pobreza y color, conjuntamente: Si no eres más que un negro, decía un blanco miserable para explicar su ataque racista, no eres más que nadie.
Ha llegado el crecimiento cero o negativo, el progreso se ha detenido y no hay ahora salida por arriba, las perspectivas no son de mejora, sino como mucho de mantenimiento. Lo que cada uno tiene es un máximo. Cuando una economía produce cada año lo mismo que el anterior, cuando se llega al crecimiento cero, todo lo que uno adquiere de más de un año respecto al anterior, lo pierden otros, uno no puede hacerse rico más que por sustitución, cada nuevo rico es un nuevo pobre; hasta el deseo de prosperar es, en sí mismo, un acto contra alguien.
En estas circunstancias que nadie me toque mi territorio… Y cuánto más desangelado sea mayor defensa porque detrás no hay nada. El veneno se propaga así, fácilmente: En Besós y en el West Side no quieren que portorriqueños ni senegaleses jueguen allí. En otros lados, en otros barrios, es ahora más fácil caer también en el dislate de no querer tampoco que otros extranjeros u otros nacionales jueguen con “nuestros” juegos; ahora no tenemos ni vamos a tener otros. El veneno corre.